martes, 24 de febrero de 2009

Solos en la madrugada

Estaba de visita en la casa de mis viejos. Una casa vieja, de pueblo de provincia.
Desvelado, me quedo mirando la tele en el living.
Y en un momento de la noche de verano de un martes, ya pasadas las 3 de la mañana, tocan el timbre.
De manera imperativa y casi insistente.
¿Quén mierda es? grito en mi cabeza.
Me asomo por esa ventanita de vidrio texturado que tiene las puertas viejas.
Y veo un nene. Un nene de unos diez años que me mira con cara de susto. Y que está casi yéndose.
-¿que querés?- le digo- ¿ No ves que estamos durmiendo?
Me doy cuenta de que yo tengo más miedo que él.
Yo soy un grandulón que está muy cómodo, despatarrado en el living de sus viejos, boludeando con la tele con cable a la madrugada.
Y él es un nene. De diez años, solo, en mitad de la noche, tocando timbre en una casa desconocida en la que vio luz.
¿qué hace un nene a esa hora, en un pueblo de mierda, solo y tocando timbre?
Todo esto duró segundos en mi cabeza. Segundos que el nene usó para salir rajando.
Segudos que uso yo ahora para seguir pensando en él.
Miles de segundos que sigo usando y preguntándome sobre mi soledad, la de él.
Millones de segundos para creer que podría haberlo escuchado, o haber sido amable, o algo que no sea espantarlo.
Miles de millones de segundos para preguntarme, en otra noche y en otra ciudad, a qué timbre tendré que tocar para tener una respuesta.
Para saber que hacía un nene solo a la madrugada, tocando timbres en las casa solas de un pueblo

4 comentarios:

María dijo...

que cosas te pasan, querido..
respirá hondo.............dejalo ir

Pedro dijo...

si, negra...loque vos quieras, pero no es fácil

Fender dijo...

A veces te pasa lo mismo cruzando una mirada. Uno se llena de dudas, no estás más que incómodo porque el pollo tenía demasiad perejil, o la remera no te combina bien con el color de la zapatillas.

Y ahí estás, dudando de cosas que a diario tratás de no preguntarte.

Alin dijo...

Qué intriga!
me gustó el relato
saludos